Por qué debes llevar a tu hijo al dentista cuando es bebé (aunque no le haya salido aún su primer diente)

¿Tú también piensas que no es necesario llevar a tu bebé al dentista hasta que tenga dientes?

Lamento decirte que te equivocas.

Por suerte o por desgracia, prácticamente tengo un máster en problemas bucodentales en niños y adultos.

Por eso te digo que al dentista, cuanto antes, mejor.

Y no solo te lo voy a contar yo, sino la Dra. Cristina Fuertes, la odontopediatra de mi hijo.

Así que hoy va de dientes, salud dental y prevención bucal infantil para mejorar la salud de tu hijo cuando sea adulto.

¡Arrancamos!

✅ Cuándo ir por primera vez al dentista con tu hijo: la importancia de la prevención bucal infantil

La mayor parte de las guías odontológicas dicen que la primera visita al dentista debe hacerse a partir de los 6 años de edad.

Error.

Esa edad es demasiado tarde.

Cuanto antes se acuda al odontopediatra, más problemas futuros vamos a prevenir, porque vamos a anticiparnos a muchas patologías que se encuentran día a día.

Hay que crear lo que se denomina “el hogar dental del bebé”.

Entonces, ¿cuál es esa edad en la que hay que acudir al dentista con un bebé?

Aunque te parezca muy pronto, te recomiendo que vayas al dentista antes del primer año de tu bebé. Incluso antes del primer diente.

Como dice Cristina, nuestra odontopediatra, hay una máxima entre un grupo (cada vez más numeroso del sector) que dice que:

 1 + 1 = 0

Es decir: la primera visita al dentista antes del primer año de edad da como lugar cero problemas en el futuro.

Insisto: incluso antes de que tu bebé tenga su primer diente.

¿Por qué?

Porque así el odontopediatra puede hablarte de cómo prevenir o aliviar problemas de salud más graves, actuales y posteriores. Y no solo de la boca.

Cuidado, que la cosa es seria.

✅ Qué problemas de salud puede evitar una visita temprana al odontopediatra

Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en llevar a un niño al dentista son las caries.

Y ¿sabes qué?

Un bebé puede tener caries incluso antes de cumplir el año, en sus dientes de leche.

De hecho, la caries puede aparecer en el primer diente de leche, sobre todo si hay factores de riesgo, porque  depende de muchas cosas.

Empieza como una manchita blanquecina en la superficie de los dientes de leche (que puede salir también en la piel, alrededor de la boca), que va creciendo y oscureciéndose… y volviéndose un problema de salud grave.

Y ojo, que la caries no se va sola, hay que tratarla sí o sí.

Es que no solo se trata de cuidar lo que come ni la higiene de sus dientes. Hay un caballo de batalla aún más relevante: la manera en que tu bebé respira.

✅ La importancia de la respiración nasal en la salud bucal de un bebé

Estarás de acuerdo conmigo en que uno de quebraderos de cabeza de todas las madres con sus bebés es el triángulo que forman la boca, la nariz y los oídos de tu peque.

Ya sabes.

Catarro, mocos que se van a la nariz, luego bajan a la garganta, bebé que empieza a respirar por la boca porque se “tapona”, irritación de garganta, toses, vómitos…

Esto, que parece un “simple” problema respiratorio, puede traer complicaciones a corto plazo.

Tienes que pensar en la boca como en un ecosistema que tiene que tener todas sus bacterias en equilibrio.

Y para estar en equilibrio, debe “usarse” correctamente, es decir:

  • Respirando por la nariz, que actúa como “filtro” natural de bacterias.
  • Manteniendo la boca cerrada para favorecer la salivación, que es el antibiótico de la boca.

En el momento en el que el bebé usa la boca no solo para alimentarse sino para otras funciones “ajenas”, como la respiración (que ya hemos visto que debe ir por la nariz), empiezan los problemas.

Al respirar por la boca, esta se seca, pero también la nariz y las bacterias dejan de estar en equilibrio.

Esto puede dar lugar a problemas “locales de la boca”, como caries y problemas de encías.

Pero también afecta al descanso del bebé. Y esto es aún más serio.

Porque un bebé que no descansa ralentiza tanto su desarrollo físico como neurológico: mientras duerme está construyendo su estructura cerebral y además segrega la hormona del crecimiento.

Si no tiene un descanso de calidad, este proceso no se cumple del modo correcto.

Granujas Crianza sostenible bebé con respiracion oral

Y además, pueden empezar a surgir problemas inmunológicos al desequilibrar ese ecosistema.

Esto lo vimos también en nuestro artículo (y entrevista) sobre el sueño infantil que puedes leer aquí.

👉🏻 Cómo tiene que ser una respiración nasal para ser correcta

Ya has visto que el tema de no tener respiración nasal va más allá de que el bebé tenga mocos unos días.

La idea es que el bebé respire con la boca cerrada, los labios sellados y la lengua pegada al paladar.

No es tan importante la alineación de los dientes sino el ancho del paladar y la postura de la mandíbula, para que respire correctamente.

La parte buena de todo esto es que es bastante sencillo de conseguir la respiración nasal en un bebé.

La clave está en cerrar su boca, empujando su barbilla hacia arriba y juntarle los labios si los tiene entreabiertos.

Esto, tan fácil, evita que el bebé tenga mocos por falta de humectación de su nariz (que se produce cuando no pasa el aire por ella).

Al cerrarle la boca, se  limpia la nariz.

Ojo, que te va a costar un poco si hay obstrucción nasal. Pero es importante, porque cuanto más respire por la nariz, mejor será su respiración.

Si tiene las fosas nasales obstruidas, puedes ayudarle:

  • Haciendo lavados nasales.
  • Usando dilatadores para devolverle la funcionalidad a su nariz.
  • Trabajando la fuerza de los labios y su colocación para acostumbrarle a respirar por la nariz.

Un apunte más: si porteas a tu bebé y hace siestas en el portabebé, es especialmente importante que te fijes en que no respire por la boca.

Por la fuerza de la gravedad, al ir en vertical, es más fácil que su boquita se abra y haga una respiración oral, en lugar de nasal.

✅ Consejos de mi odontopediatra para que tu bebé tenga una boca sana

Como te decía al principio, casi tengo un máster en odontología, no solo por mis propios problemas, sino porque mi hijo también los ha tenido.

Por eso fue una bendición conocer a Cristina.

Es una odontopediatra especializada especializada en intervención mínima y aparatología maxilofacial.

Y además, en su centro, Espacio Kimo-Odontología biológica, están preparados para atender a niños con necesidades especiales.

Un lujo, vaya.

Cristina es partidaria, por ejemplo, de evitar ortodoncias si los hábitos no están controlados (porque si los hábitos no son los correctos, a largo plazo no va a servir para nada).

¿Cuántos adultos conoces que llevaron aparatos en los dientes de niños y de adultos vuelven a tener problemas de dientes?

Pues eso se debe a que no se corrigieron correctamente las “costumbres” que llevaron a los dientes a “colocarse mal”.

Y por eso Cristina es una defensora acérrima de la prevención. Como yo.

Así que aprovechando que nos unen los mismos intereses, le hice un montón de preguntas que me han servido tanto a mí, a nivel personal, como para aconsejar a otras madres que vienen a Granujas.

Aquí te las dejo.

👉🏻 Qué pasta de dientes usar para tu hijo

Lo cierto es que es complicado encontrar en el mercado una pasta de dientes adecuada.

La premisa básica es que cuantos menos ingredientes tenga la etiqueta, mejor (y si son de los que empiezan por “E-“, lo más lejos posible).

Pero hay algunos imprescindibles, como el flúor.

¿Cómo? ¿Flúor en una pasta de dientes infantil?

Sí, pero puntualizando.

La pasta de dientes debe llevar 1000 partes por millón de flúor (en la etiqueta pone ppm).

A esas cantidades no es necesario ni escupirlo ni enjuagar la boca, porque no es tóxico (aparte de que enjuagar la boca a un bebé es misión imposible).

Aparte de eso, fíjate en que la pasta no lleve espumantes, ni parabenos, ni detergentes.

Sí puede llevar otros ingredientes como el xylitol, que le hace tener mejor sabor.

En realidad, un niño podría usar una pasta de dientes de adultos adecuada sin problema; la dificultad está en los sabores, que suelen ser mucho más fuertes.

El tema es que, para que sepan bien, las pastas de dientes infantiles suelen llevar un montón de ingredientes que no son beneficiosos.

Pero si a tu hijo no le molesta el sabor de la pasta de dientes familiar, y esta es adecuada, no hay problema en que la use.

👉🏻 Cómo elegir un cepillo de dientes adecuado para un bebé

Sobre todo para empezar a cepillarle los dientes a un bebé, busca un cepillo de cabezal pequeño y con anillo de seguridad, un ”tope” para que no se haga daño al cepillarse y que evite atragantamientos, como este de Jack&Jill:

También es importante que las cerdas sean suaves y flexibles.

Cuando el bebé vaya creciendo, deberás adaptar el tamaño del cepillo al de su boca.

Y ¿cada cuánto tiempo cambiar el cepillo? Eso ya no depende tanto del cepillo, sino del tiempo de uso. Fíjate, sobre todo, en el estado de las cerdas para cambiarlo, tienen que estar firmes para que limpien correctamente.

En  la sección de higiene dental de Granujas puedes encontrar una selección de productos adecuados; ya sabes que nunca recomiendo nada que no usaría en mi familia, y, lo dicho, soy “cuasi-experta” en este tema.

👉🏻 La lactancia materna ¿da caries?

Este es un tema controvertido, porque muchos pediatras, si aparece caries, lo primero que recomiendan es “fuera la teta”.

Es evidente que la lactancia materna tiene muchísimos beneficios para la salud de un niño ¡y de su madre!


Pero es cierto que es un factor de riesgo para la caries; no la lactancia materna por sí misma, sino sobre todo por la frecuencia de las tomas.

Y esto es más relevante aun cuando se trata de lactancia materna prolongada y en las tomas nocturnas, porque se porque se multiplican las cepas bacterianas y víricas y se reduce el flujo salival, que es lo que actúa como antibiótico natural.

La recomendación general es lavar los dientes después de cada toma, pero ¿quién hace eso de noche?

Pues está claro que nadie.

¿Qué hacer, entonces?

Tranquila, el destete como tratamiento anticaries no es una opción.

Pero como la lactancia es un factor de riesgo, hay que tratar de favorecer los factores protectores:

  • Pasar de mínimo 2 a 3 cepillados diarios.
  • Incrementar el ppm de flúor a 1450.
  • Mantener una dieta saludable cuando empieces la alimentación complementaria.
  • Evitar que el niño picotee entre horas (sobre todo comidas con azúcares externos).
  • Separar tomas para favorecer el flujo salival, que actúa de “desinfectante natural”.

Es decir, no destetes, pero protege más sus dientes.

👉🏻 El uso de chupete ¿estropea los dientes?

El chupete puede ser una herramienta muy útil para calmar a tu bebé mediante la succión no nutritiva.

Pero no se lo des nunca antes de establecer la lactancia (si optas por la lactancia materna) y quítaselo antes de los 2 años.

Mientras use chupete, procura buscar uno que no interfiera en el desarrollo natural de su boca.

Cristina recomienda elegir chupetes en los que la unión entre tetina y chupete sea lo más estrecha y plana posible, para que la tetina no ocupe toda la boca y la lengua tenga espacio para colocarse.

¡Prohibidos los chupetes redondos!

👉🏻 Cuándo  y cómo que empezar a cepillarle los dientes a tu hijo

Pues incluso antes de que tenga dientes, recomienda Cristina. Porque en la salud bucal también entran en juego las encías.

Para niños entre 0-3 años que ya tienen dientes de leche, cepilla con pasta de dientes. Usa una cantidad equivalente a un granito de arroz crudo.

Truco: no pongas la pasta sobre el cepillo, sino al revés, como si rasparas la pasta con las cerdas del cepillo. Esto, desde el primer diente, y aunque solo tenga uno.

A partir de 3 años, la cantidad ya tiene que ser mayor, aproximadamente del tamaño de un guisante.

Y cómo mínimo, dos cepillados al día.

A partir de los 24 meses, aproximadamente, que ya tenga las muelas de leche, puedes complementar el cepillado con los arcos dentales, para limpiar bien entre los dientes (esos “huecos” que no se ven a simple vista).

Y ¿cómo conseguir limpiar bien los dientes de un bebé o un niño?

Es evidente que tendrás que ayudarle, sobre todo a los más pequeños.

Cuando ya tenga la suficiente habilidad manual para sostener el cepillo, deja que tu hijo se cepille él solo, como un juego, durante un minuto más o menos.

Después, ayúdale a repasar para que la limpieza sea efectiva.

De este modo, fomentas su autonomía y le ayudas a implantar hábitos de higiene que le van a resultar beneficiosos de por vida.

Además, piensa que hasta los 8 años no se desarrolla por completo su destreza manual, así que el cepillado asistido por un adulto es fundamental.

✅ Ahora ya sabes la importancia de cuidar la salud bucal de un bebé desde antes incluso de tener dientes


He intentado condensar los puntos que considero básicos para el cuidado de la boca (y la salud) general de tu bebé en este artículo.

Porque es un factor muy importante y al que considero que no le damos la suficiente importancia, sobre todo por desconocimiento. Por eso, te animo a que además de leer este post, veas la entrevista que le hice a Cristina en mi IG TV sobre Prevención bucal infantil.

Y, por favor, si te queda alguna duda, escríbemela en comentarios o en la publicación de IG TV (lo veré yo en la cuenta de Granujas y también Cristina desde el Instagram de su clínica Kimo, así que te podremos responder ambas).

Porque la prevención bucal infantil, como has visto, es fundamental para la salud presente y futura de tu bebé.