Los problemas que puede provocar el frenillo (que van mucho más allá de la lactancia)

Uno de los temas recurrentes en la maternidad es el frenillo y los problemas que puede generar para instaurar la lactancia, sea materna o artificial.

No es que sea algo nuevo, pero es probable que últimamente estés oyendo hablar del tema más, porque actualmente se están diagnosticando muchos más frenillos, ya que los profesionales se están actualizando, hay más estudios científicos…

Antes, cualquier retraso del desarrollo de la lengua se consideraba “normal” y no se hacía nada por corregirlo, porque no había el conocimiento.

Por suerte, ahora contamos con profesionales especializados como Carla García, psicóloga perinatal y logopeda infantil y codirectora del centro Criar Con Mimo, de Valencia; un centro maternal especializado en el entorno perinatal, y que además de dar consultas presenciales, también pueden atenderte online.

Con Carla vamos a aprender la importancia de detectar (y corregir) a tiempo un frenillo. Y por qué es importante hacerlo por muchos más motivos que “solo” la lactancia.

✅ ¿Qué es el frenillo?

El frenillo lingual es una estructura anatómica que se encuentra debajo de la lengua; coloquialmente, es el “hilito” de piel que hay bajo la lengua y que la conecta con la base de la boca.

Lo que sucede es que, normalmente, asociamos “tener frenillo” a tener problemas con la lactancia… y no es así… ¡Todos tenemos frenillo en la lengua!

Lo normal es tener frenillo, porque si no, la lengua se nos iría a las vías aéreas; es una estructura de la zona orofacial necesaria para el correcto funcionamiento de la lengua, que influye en todas las funcionalidades del sistema orofacial; es el órgano que más trabaja:
 

  • En lactancia.
  • En alimentación complementaria.
  • En el habla.
  • En la respiración.

Si durante la gestación esa estructura orofacial se ha desarrollado de más, o en una posición que no toca, es cuando podemos hablar de un frenillo alterado o acortado que limita la movilidad de la lengua y altera su funcionalidad.

Como ves, es un órgano fundamental.

Porque una lengua bajita hace que el bebé respire por la boca y el paladar se desarrolle de manera inadecuada.

✅ ¿Qué tipos de frenillos hay?

Hay que tener en cuenta que un frenillo puede estar acortado y aún así no influir negativamente en la funcionalidad de la lengua.

Lo primero es hacer una valoración completa; muchas veces los profesionales se limitan a mirar el problema desde un punto de vista anatómico y no se valora la funcionalidad

Para valorar si hay que intervenir quirúrgicamente un frenillo (hacer una frenectomía, es decir, cortarlo)  hay que valorar dos factores: la estructura del frenillo y la funcionalidad de la lengua.

1. La estructura del frenillo

Es decir, la propia anatomía. Hay que observar dónde está fijado el frenillo (si en la puntita de la lengua o más atrás, en el borde de la encía o más adelante..), el grosor, el color…

En base a eso, podemos decir que hay 4 tipos de frenillo:

  • Tipo 1: se fija en la puntita de la lengua, llega hasta el borde de la misma.
  • Tipo 2: se fija un poco más atrás de la puntita de la lengua.
  • Tipo 3: está fijado en la parte más trasera de la lengua, pero tiene mucha mucosidad a los lados; esto hace que hace que la parte de atrás de la lengua esté mucho más anclada.
  • Tipo 4: parece que no hay frenillo, pero apretando se ve que hay una zona muy gruesa con mucha mucosidad (se llama submucoso); este frenillo no es el hilito fino que todos nos imaginamos, pero también es frenillo.

Una vez que se observa si este frenillo está acortado o no, pasamos al segundo favor a valorar, que es la funcionalidad de la lengua.

2. La funcionalidad de la lengua

Es decir, ¿el bebé puede hacer funcionar esa lengua con movilidad y fuerza para las funciones que es necesaria, por ejemplo, para la lactancia?

Si lo hace , aunque el frenillo esté acortado, no se recomienda intervenirlo.

Pero muchas veces, al estar acortado sí interfiere y genera dificultades en la lactancia en particular y en la boca del bebé en general.

El conjunto de estas dos cosas determinan si el bebé necesita un tratamiento y cuál.

✅ Cómo detectar si tu bebé tiene frenillo

Solo con fijarnos en la boquita de un bebé sabemos si esa boquita está funcionando bien o no, qué musculatura está activando.

Evidentemente, la valoración final debe realizarla un profesional.


Pero puedes observar la posición de la lengua  de tu bebé abriéndole la boca desde el mentón cuando está dormido y observar la posición de la lengua (que debe estar en el paladar; si está abajo, es posible que haya algún problema).

Por ejemplo, un bebé que en reposo:

– mantiene la boca semiabierta, 

– con el labio superior en forma de triangulito y más grueso que el inferior, 

– e incluso que tiene el labio inferior un poco metido hacia adentro, 

Ya nos está dando pistas de que está activando mucha musculatura en el músculo del mentón y probablemente esa lengua no está funcionando bien debido al frenillo.

También se puede observar si el maxilar inferior está más retraído (la famosa retrognatia); posiblemente es porque la lengua no esté funcionando bien.

Aunque no tiene que tratarse únicamente de un problema de frenillo; puede ser hipotonía en la lengua, habría que observarlo en detalle. 

Por eso, ante la duda, acude siempre a un profesional como Carla.

✅ Frenillo y lactancia (materna y artificial)


Un frenillo acortado puede influir en el desarrollo de la musculatura que trabaja el bebé cuando está lactando o en la posición de la lengua cuando el bebé está en reposo, o durmiendo.

¡Ojo! Esto no es exclusivo de la lactancia materna.

Un frenillo no funcional  también puede afectar a bebés de lactancia artificial, porque la succión se va a ver interferida, y provoca que el peque tenga compensaciones; es decir, que utilice musculatura que no toca para compensar la fuerza que no está haciendo con la lengua a la hora de tomar el biberón.


✅ ¿Qué otros problemas puede generar un frenillo?

En un bebé pequeño, cuando la lengua no trabaja correctamente, afecta a la lactancia, pero además puede provocar otros problemas:

  • Con la lactancia: dolor en el pecho de la madre, mal agarre, callos de succión en la boca del pequeño , cólicos porque entra aire durante la succión, se duerme mucho en las tomas porque se cansa…
  • Afecta al patrón de respiración: si cuando está dormido mantiene la boca abierta o semiabierta (siempre debería estar cerrada y con la lengua en el paladar, para ayudar a que se forme y se aplane como debe.)

    Si el bebé coloca mal la lengua en reposo, puede dar lugar a un paladar ojival que va a dificultar la respiración.

    Además, al respirar con la boca altera todo el sistema, como vimos en esta otra charla de Granujas con la odontopediatra Cristina Fuertes.

    La boca tiene un ecosistema propio, en el que todas sus bacterias deben estar en equilibrio. Para ello, es imprescindible respirar por la nariz, que actúa como “filtro” natural de bacterias.

    Si el bebé respira por la boca, el equilibrio se rompe y llegan los mocos, inflamaciones de amígdalas, vegetaciones, etc. e incluso problemas de oclusión que tendremos que arreglar con el dentista.
  • Puede afectar también al desarrollo del habla: en los fonemas más complicados de pronunciar, como la “r” y la “s” y otros sonidos que suponen elevar la lengua.

    Si el frenillo impide que el bebé, cuando empieza a hablar, pueda colocar la lengua del modo correcto para la pronunciación, puede tener dificultades para desarrollar el habla.

A veces no salta la alarma en los primeros meses porque no hay sintomatología en la lactancia. Pero en el momento en que se llega a la alimentación complementaria o con el desarrollo del lenguaje sí interfiere el frenillo.

En la AC es más difícil darse cuenta, pero es relevante la forma de la cara: :
– labio de arriba grueso y en triángulo,
– mentón un poco retraído,
– toses,
– atragantamiento,
– mucha comida en la boca q no gestiona y expulsa,
– si al comer mete hacia adentro el labio inferior…

Por eso es importante si les damos de comer con cuchar que la dejemos en horizontal. Así obligamos al bebé a hacer el barrido con el labio superior, porque si ponemos la cuchara en vertical para dejarle caer la comida provocamos que el labio superior no trabaje

✅ ¿Cuándo (y cómo) hay que intervenir un frenillo?

Como hemos visto antes, no siempre hay que intervenir quirúrgicamente. 

Y es una decisión que debe tomar un profesional, como un logopeda, y realizarse por un especialista  odontopediatra.

Puedes haber oído que se puede evitar una frenectomía haciendo ejercicios con la lengua, vamos a aclarar esto.

Hay veces en que no es necesario intervenir quirúrgicamente un frenillo acortado; con ejercicios sobre la musculatura se puede conseguir que la lengua “llegue” hasta el paladar, donde tiene que estar colocada.


Pero el frenillo no se puede alargar por mucho ejercicio que se haga; sí se puede trabajar la musculatura de la base de la lengua para que tenga un poco más de movilidad, pero se desarrolla la musculatura, no el frenillo en sí mismo.

El mix perfecto: frenectomía + rehabilitación

En todo caso, si es necesario cortar el frenillo, es fundamental que desde el minuto uno haya una rehabilitación para trabajar todas las funciones que implican el uso correcto de la lengua.

Esta rehabilitación debe pautarse con logopedas y también con fisioterapeutas (mejor si están especializados en anquiloglosia o “lengua anclada”), porque muchas veces se generan tensiones en el cuello que pueden derivar en tortícolis.

La rehabilitación de la función tras la frenectomía es fundamental, porque no hacer ejercicios posteriores a la intervención puede provocar la regeneración del frenillo

Unos ejercicios de cicatrización para que el frenillo no se regenere, pero también hay que trabajar la funcionalidad, para ayudar a la cicatrización.

Es decir, estos ejercicios no se hacen para la función de la lengua en el momento de la alimentación, de la respiración o del habla en concreto, sino que se realizan para regenerar la movilidad y favorecer la cicatrización.

En Criar con Mimo, en cuanto se hace una frenectomía, se recomienda que a los 3 días de la intervención se vuelva a la consulta de logopedia para acompañar la rehabilitación y la cicatrización.

Después se valora la evolución, la colocación de la lengua durante el sueño, la respiración, en la lactancia..

Respecto a la lactancia, suele haber patrones de succión alterados, porque ese bebé nunca ha podido tener la movilidad que necesitaba para la lactancia y tiene que reaprender a usar la lengua tras la frenectomía.

Por eso se deben trabajar ejercicios de funcionalidades y estrategias que faciliten el uso de la lengua.

Con niños mayores no lactantes, se pautan revisiones cuando llega una nueva función que aprender.

Por ejemplo, cuando empieza la alimentación complementaria, las funciones de masticación y deglución implican un nuevo aprendizaje de movilidad de la lengua y se trabaja sobre ello para que tengan una maduración a la deglución adulta.

✅ Ahora ya conoces los problemas que puede generar el frenillo


Como has visto, diagnosticar y tratar correctamente un frenillo es importante no solo para la lactancia, sino también para el correcto desarrollo de tu bebé.

Si tienes alguna duda después de leer este artículo, puedes ver la entrevista completa con Carla en el canal de IG TV de Granujas y dejarnos cualquier duda en los comentarios del video o de este artículo.